domingo, 22 de junio de 2014

Te sé




Te sé distrayendo tu silencio
en el banco, junto al sauce
donde nacen las orquídeas
dibujando con tu mente
la caída de las hojas
mientras agonizan las tardes
y  sé que con delirio escarbas en la brisa
para encontrar un atisbo de mi esencia,
y un indicio de mi fuente de milagros.
que te lleve al arrecife de tu  infierno,
sé que sueñas con tener  la generosidad  de mi piel,
sobre las cenizas sacrílegas de tu  carne.
emigrante de mi ser,
el altar de tus recuerdos, ahora es sombra,
y ya nada ni nadie te hablará de mi,
ni el silencio de la aurora
ni el aroma mojado del rocío
ni la boca de la roca muerta
ni las diminutas huellas
que quedaron en la arena
ni siquiera el llanto de la lluvia
ni el susurro del viento han de llevarte
el eco de mi silencio roto
ni el titilar de las estrellas
cómplices de mis sueños infinitos
y del color de mis deseos
podrán advertirte de mi presencia
porque en la soledad y en el silencio
donde habita mi sosiego,
no hay puente que permita mi regreso
y solo los rayos de la luna
serán cómplices de mi anhelos
y de mis ansias infinitas,
porque  los versos llenos de pasión,
de la musa impura que se cruzó en tu camino
llenos de de lujuria pletórica
y que  te estimularon a la distancia tus sentidos,
se han quedado para Tì, para siempre dormidos. 

Asoreth

jueves, 19 de junio de 2014

A la hora del encanto


A la hora serena del encanto
en que buceo en el mar de las nostalgias
a la hora  del anhelo
en que persigo lo insondable
cubierta por el manto del desvelo
emergen del silencio,
mis metáforas y versos
sin engaños ni artificios
que ornamenten  mis carencias, mis vacíos,
iluminada  por la luz del sentimiento
imagino que voy cabalgando por veredas de deseos
soñando con  Tu ser, con tu estar, en mi.
con tu melífera sagrada,
explorando en mi mente con vehemencia tu universo
alternando entre silencios y gemidos
Y Tú entregado a mi delirio
a mi pasión arrolladora
provocando mis deseos con tus ansias
entregándome la vida en una noche eterna
entre tus brazos
haciendo que el cielo y las estrellas
resplandezcan de lujuria.
Es la hora de la magia que agoniza
cuando nace el resplandor del alba
que me tiende un puente
entre el abismo de nostalgias y el puerto
en donde despliego mis velas
para abandonar  mis sueños

Asoreth