Al amanecer te contemple, había un silencio
lleno de voces que con el sueño llegaban
y eres mucho más que el frío de la madrugada
que cala los huesos
Eras un horizonte dormido
frente a mi ardiente fuego
aunque mi voz no la escuches
en tu humedad onírica
A pesar de eso, hay algo que me acerca y que te acerca
mientras el alba lentamente trepa
entre los muros que nos aprisionan
buscando donde esconder su espera
Y entonces me doy cuenta que estamos
solos sin más compañía
que nuestra propia soledad a cuestas
y la sombra amante de las cosas insignificantes pero bellas
Asoreth
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