Fue mía tu
mirada
como el mar que adoro, lo fue
ese amor que
llegó arrasando entre los riscos
así fue mío,
como el iracundo olaje de los mares
en el que se
esconden
demonios agazapados y pérfidos
demonios agazapados y pérfidos
con placeres
insaciables
y llega a
golpear con fuerza descomunal
el cuerpo de
la arena en las noches de tormenta.
así me
amaste, en nuestra alcoba imaginaria,
con el alma
y Tú lo sabes,
fuimos
locura obnubilada,
convicción
trastornada
vendaval
caótico de pasiones
génesis y
consumación
eso fuimos aquella alborada.
Tocamos
juntos la arena
donde la
semilla germina
y se abren
reveladores los enigmas vedados
y yo fui éxtasis, fascinación, delirio
desmesura de
luna poseída,
y Tu amor Tú,
fuiste
saciedad de
hombre homenajeado
Asoreth
“La luz es
el amor que sentimos... no hay penumbra que oscurezca este cariño” nos amamos y
... es lo único que importa (de Francesco B.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario