Yo se que nunca dejaré de
ser
más que una simple guerrillera
de un régimen de pasión y de
fuego
al final de una jornada,
la que se alza con armas de
amor y de ternura subversiva
para combatir la insurgencia
al desamor,
la que se encuentra
atrincherada
en un submundo de sueños y
quimeras
en una galera por nadie
penetrada,
en donde se exhiben las
cicatrices
marcadas a fuego lento por
la vida,
soltando bala tras bala de letras
y versos
que quizá nadie lea y menos
los entienda,
la que sabe que en el amor
no hay perdedores
sino conquistas y victorias,
aunque para llegar a él
aunque para llegar a él
haya muchas partidas y en
cada una de ellas
se vaya de a poco la vida,
se vaya de a poco la vida,
la que vive más allá de los
límites del miedo,
sin prejuicios, la que adora
esta contienda,
La que siempre buscó detrás de cada uno de sus latidos
en donde sigue con vida la esperanza,
un corazón de poeta,
uno que sepa amar, y que le acaricie el alma,
como lo hacen sus propios versos,
para un idilio de fuego y
viento
quimera soñada perpetuidad de las almas.
La soñadora que siempre se
encuentra mordisqueando distancias
Y dando rienda a su loco
pensamiento
sembrando de inquietudes su
alma
haciendo de su corazón un
corcel desbocado,
hablando a solas de placeres
sin reposo
en el arrecife de su
infierno,
evocando aquellos
amores inconfesos, idilios de fuego
y viento
sentir basto, grandioso,
titánico y eterno.
La que quizá deje ésta lucha
solamente cuando venga sin batalla
y le sorprenda desarmada la
parca,
ven no temas, rastrea las
huellas
que dejaron sus pasos en
esta contienda
del silencio y el tiempo.
Asoreth
asoreth, quien quiera que seas me gusta este poema, felicidades, abrazos
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